"Si cada piedra no está en su sitio no existirá el templo."
¿Son los vacíos el elemento esencial de un todo o son las masas aquello esencial que permite la existencia del vacío? O ¿Es por la interacción de ambas fuerzas que se puede definir el espacio? ¿Si esto es así, de qué manera podría hacer evidente tal reflexión por medio de una simple observación en el mismo vacío, es decir ¿por medio de la experiencia del espacio?
La experiencia espacial propia del Dibujo-Negativo tiene su prolongación en el soporte digital, en el papel que destella en blanco y en la variabilidad de la app, allí donde la obra del Artista ha delimitado "vacíos", es decir, donde ha creado espacios cerrados. Si el interior de la pieza está limitado por planos no reconocibles, esto no significa negar la cualidad de espacio a un vacío cerrado, dado que cada volumen y espacio constituye un límite, un corte en la continuidad espacial, es claro que toda la obra colabora en la creación de dos espacios.
.En general, los elementos envolventes del espacio comparten una característica constante: están siempre en el medio y nunca al final de algo. La simple experiencia de una línea con sombra puede ser buen ejemplo de esto. Un vacío habitable se percibe mediante el tamaño, la forma y límites de sus espacios. Para nosotros la pared representa el final de la habitación. Pero en realidad, la misma pared es también el comienzo de otra habitación al otro lado de la misma.
.Esta percepción se aclara especialmente cuando la pared resulta ser el muro exterior de un edificio. Si permanecemos fuera, vemos cómo el vacío representa el límite del espacio exterior en la que nos encontramos y, simultáneamente, configura una nueva percepción del interior al lado opuesto. Si nos hallásemos dentro del mismo espacio interior, veríamos cómo se torna en algo que existe en la negatividad del espacio (cualquiera que fuese su carácter) configura un nuevo interior hacia nuestro lado y define una postura exterior al otro lado. Se podría denominar a esta como el exterior recinto o espacio negativo habitable.
Ajustarnos a una escala hasta llegar a la proporción humana, es decir, salirnos de una relación objetual y comenzar a explorar la forma en cuanto espacialidad transitable, darnos cuenta que nuestra vivencia y percepción de la forma está asociada al espacio que lo sólido permite penetrar, circular, experimentarlo físicamente y transformarlo en lugar.
Existe una fuerte tendencia –o quizás una resistencia– del ser humano hacia lo innombrable, lo inexistente, lo informe, lo vacío… la nada. Según la mitología lo que no está ocupado por el ser (y el ser presupone una presencia física y visible) tiene que hospedar algo oculto, del demonio, de las fuerzas del mal, incontrolables y peligrosas, misteriosas, incógnitas. El horror vacui, se resuelve en llenar obsesivamente cada espacio, cada rincón, por el temor de dejarlos desocupados. La creación y la materia son sinónimos de control, de conocimiento, de apoderamiento, de presencia indiscutida y cierta, en contraposición a una ausencia e indeterminación que deja demasiadas preguntas sin respuestas.